En el tiempo que tengo asesorando a empresas, hay un factor determinante que, sin duda alguna, una y otra vez influye en el nivel de desempeño y crecimiento que tendrá el emprendedor durante el proceso de asesoramiento: su propósito. Por esta razón, a los emprendedores los suelo clasificar en dos: aquellos que tienen propósito y aquellos que no, siendo notable la diferencia entre un grupo y el otro.
Los emprendedores que tienen claro su propósito irradian luz y claridad desde que los conoces, por lo tanto, es tan gratificante hablar y trabajar con ellos. Entre las características principales que he notado que tienen en común:
- Saben lo que tienen y lo que quieren
- Tienen visión y compromiso
- Priorizan tareas y acciones con facilidad
- Toman mejores decisiones para su negocio
- Accionan y no postergan su éxito
La triste realidad es que la gran mayoría de los emprendedores no tienen claro su propósito. Por lo general, los emprendedores saben qué ofrecen (productos/servicios), pero no saben el por qué lo hacen (propósito).
Según Simon Sinek, dos empresas pueden ofrecer el mismo producto/servicio, tener los mismos recursos económicos, el mismo equipo de trabajo, etc., pero hay algo tan potente que la va a diferenciar a una de la otra: su propósito. Hay un patrón que tienen en común todos los grandes líderes de organizaciones y empresas que los hace pensar y actuar de la misma manera, ellos tienen bien claro estas tres preguntas:
Qué, Cómo, Por qué.
Esta idea que puede resultar de lo más simple, según sus propias palabras, él llama: el círculo dorado.
¿Qué haces? Productos/ Servicios. Toda empresa tiene bien claro (o debe tenerlo) los productos o servicios que ofrece.
¿Cómo lo haces? Procesos /Métodos. Algunas empresas sabrán cómo lo hacen, son esos procesos o métodos que te diferencian de los demás.
¿Por qué lo haces? ¿Cuál es tu propósito? ¿Qué te inspira y te motiva? ¿Por qué existe tu empresa?. Muy pocos emprendedores y empresas lo tendrán con claridad. Aquí no se habla de dinero, reconocimiento ni fama (estos son resultados); se refiere a un propósito más intrínseco, podría ser tu causa, historia o esa experiencia que te impulsó a crear tu emprendimiento.
Las empresas exitosas independientemente del tamaño o sector piensan, actúan y se comunican de dentro hacia afuera, es decir, primero tienen bien claro el por qué y por último el qué, siendo este último irrelevante. Estas empresas entienden perfectamente que las personas compramos emociones, y esas sólo las encontraremos en el porqué.
Y ahora, para poner el ejemplo, te presento el circulo dorado de ABC de Negocio:
¿Por qué? Mi principal motivación es compartir conocimientos y experiencias para emprender con propósito desde la realidad de la gran mayoría de los emprendedores dominicanos. Aportar con lo aprendido en todos estos años estudiando y trabajando en el área, democratizando así, el acceso a información de valor, pero muy importante: probada en la práctica. Ser esa plataforma/persona que me hubiese gustado conocer a mí cuando emprendí por primera vez.
¿Cómo? A través de herramientas y recomendaciones prácticas que han funcionado en más de 100 empresas mipymes asesoradas.
¿Qué? Una comunidad.
Finalmente, como dice Simon Sinek:
Si nosotros mismos no sabemos el porqué hacemos las cosas, ¿cómo vamos a esperar que los de afuera lo sepan?, ¿cómo podemos esperar que un cliente nos compre y se convierta en un cliente leal?, ¿cómo podemos esperar a tener empleados que entiendan nuestra visión de la empresa y quieran formar parte de esta?
Simon Sinek